Arquitecto: Josep Maria Sostres i Maluquer
Ubicación: C. Apel·les Mestres, 19 (Esplugues de Llobregat)
En una parcela de ciudad jardín, estrecha y alargada, Sostres distribuye el programa de esta vivienda de modo que el cuerpo de dormitorios y el de servicios dejan entre sí la zona comunitaria.
Esta planta sugiere la idea de que procede de otra, abierta, que se ha replegado sobre si para guardar la privacidad de sus usuarios, dejando su núcleo abierto al aire y a la luz.
No nos atreveríamos a remitir esta vivienda a la tipología de casas con patio, puesto que ni en el aspecto distributivo ni en el uso del elemento aparece caracterizada como tal. Así parece confirmarlo el modo en que ha sido reducido casi a una abstracción de sí mismo. Más bien se puede hablar de una planta central.
La estructura de la casa estaba pensada en origen como una retícula uniforme depilares metálicos sobre los que descansaba una placa cuadrada de hormigón armado.Exigencias de orden económico hicieron que las paredes pasaran a ser elementos sustentantes y no simplemente de cierre. Es posible que esta circunstancia condujera en otra dirección los propósitos iniciales de Sostres: plantear la casa sobre una superficie plana ideal, como un cuadrado generatriz que desliza sobre los pilares como línea directriz, taladrando el plano de cubierta que se traslada para cubrir el estudio y reforzando este movimiento con la emergencia del cilindro del office, hubiera sugerido la idea de un objeto ingrávido, ascensional. La imagen definitiva de la casa aparece, por el contrario, como ligada al suelo, estabilizada sobre él. La intuición sobre la estructura nos la presenta ahora como una placa apoyada sobre cajas de inercia y nos proporciona la sugerencia orgánica de que la casa está compuesta de huesos e intersticios: el espacio de la zona comunitaria fluye y se desparrama hacia el exterior.
Lacasa establece una gradación en su relación con el exterior: cerrada al norte y resguardada de la entrada, abierta al sol y al jardín. La doble pared exterior de la entrada y la visera sobre la fachada acristalada conforman aquella segunda piel que permite a la casa autorrefrigerarse; el patio contribuye a la buena aireación del interior.
Las entradas principal y de servicio quedan determinadas como resquicio entre dos cuerpos macizos que se separan; el acceso es común y se bifurca una vez superada la pequeña escalinata. La escalera interior de caracol une el nivel de garaje con los de servicio y terraza. La chimenea del estudio comparte el tiro con la del estar. La inmediatez de estas conexiones da idea de la precisión y economía con que ha sido resueltos los problemas de relación interna. El juego entre opacidad y transparencia, entre superficies mates y brillantes, entre tonos claros y oscuros se convierte en el principal protagonista del espacio:mediante los reflejos, las vibraciones y el claroscuro el aire queda sometido a la intensa acción de la luz.
Acercándonos a la casa por su fachada norte, podemos descubrir algunos de los recursos visuales en que se ha basado la composición arquitectónica: Así, el leve talud de césped proporciona la ilusión de una mayor profundidad perspectiva y enfatiza el apoyo dela casa sobre el suelo.
Como en la casa Cusí, se establecen también en este caso una serie de correspondencias cromáticas, aunque las relaciones son más complejas al entrar en juego ciertos valores lineales (como el de la fina barandilla de tubo que dibuja la silueta de la planta y da una referencia espacial a los cuerpos salientes), o de contraste (como el que se establece entre el liviano cuerpo del estudio y el rotundo cilindro del office).
La búsqueda del equilibrio dinámico se lleva a cabo haciendo entrar en la composición todos los elementos; el más pequeño detalle sirve para matizar el contrapeso.Sobre la base de la utilización selectiva de unos materiales (especialmente el hierro y el vidrio) y de unas técnicas: h. a. formando placas, pequeña prefabricación, realiza Sostres un depurado ejercicio sintáctico. No parece estar presente ya ninguna actitud programática o pionera, que se situaría fuera de su adecuado contexto histórico; antes bien, aquellos elementos que formaron parte del programa de la nueva arquitectura en el período de entreguerras son recogidos aquí en su forma canónica, es decir, con los valores y significados madurados en aquella experiencia y sometidos a un procedimiento basado en el cambio de óptica producido por la liberación de los viejos hábitos visuales: así, se aprecia como la perspectiva queda supeditada a un sistema de relaciones visuales y no es ella la que establece las pautas principales.
Las grandes superficies acristaladas, permitidas por la independencia entre estructura y cerramiento; las ventanas apaisadas, el aprovechamiento de la terraza como jardín, son algunos de los temas identificables. La escalera exterior constituye un logrado diseño constructivo: los peldaños prefabricados en h.a. de sección triangular se embuten en las zancas formadas por perfiles laminados en C a las que se suelda la baranda de tubo metálico. El montaje en seco de estos elementos permite una gran precisión en el acabado.También las puertas correderas que se alojan tras la escalera, son elementos realizados en taller.
Ciertas obras paradigmáticas de la arquitectura moderna, la ville Savoye de Le Corbusier, la casa Tugendhat y el pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe, parecen haber sido revisitadas y proporcionan el marco iconográfico de referencia a esta obra que se convierte en un testimonio más de los principios que ayudaron a formular y de los cuales son resultado.
2C Construcción de la ciudad, núm. 4, agosto 1975, pág.37